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  • CLAUDIA MECCIA

Alicante: Proponen planificar el territorio del Río Segura para minimizar inundaciones


Investigadores de la Universidad de Alicante en España, lanzan un manifiesto con una docena de propuestas para reducir el riesgo de inundaciones sin malograr el bienestar de la población. Ya se han adherido más de veinte organizaciones

Las inundaciones de la Vega Baja del río Segura, en Alicante, España, que hace unos meses dejaron seis víctimas mortales, miles de personas afectadas y elevadísimos daños ya se han producido en el pasado y se repetirán inevitablemente. “El desafío pasa por ofrecer soluciones realistas, basadas en el conocimiento profundo del medio físico del territorio y de su realidad social y económica».

Esta es la principal conclusión que plasmaron un grupo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA) en un manifiesto lanzado desde una perspectiva multidisciplinar. En este documento, firmado por el catedrático de Análisis Geográfico Regional, Jorge Olcina; el catedrático de Ecología, Jordi Cortina; el catedrático de Urbanismo, José Ramón Navarro Vera; y el profesor de Sociología Ambiental, Antonio Aledo, se analiza el estado de la cuestión actual en una zona con alto nivel de catástrofes por inundaciones y presentan hasta una docena de propuestas para evitar episodios similares en el futuro.

«No caben soluciones únicas y mágicas y sobran los oportunistas del desastre», aseguran los investigadores en el manifiesto, al que ya se habían adherido 23 colectivos profesionales, académicos, científicos y ONGs.

Según concluyen en su escrito, en el que también apelan al «esfuerzo colectivo» y a la «colaboración entre instituciones y administraciones», los firmantes consideran que «todo los que no sea plantear medidas desde principios de sensatez, racionalidad, sostenibilidad a largo plazo, convivencia y adaptación al riesgo, solo servirá para prolongar y agudizar el problema, poniendo en riesgo bienes y vidas».

Propuestas

Entre las propuestas pormenorizadas que lanzan estos cuatro investigadores en su manifiesto destaca la necesidad de llevar a cabo un diagnóstico pormenorizado y hacer accesible una cartografía ambiental y social que refleje, a diferentes escalas, la ocupación del espacio inundable combinada con variables de vulnerabilidad social.

Recomiendan que se evite aumentar la capacidad de desagüe del Segura aunque el diagnóstico lo sugiera. En su opinión, esta medida debería ser «excepcional y transitoria», acompañada por otras estructurales. Apuntan también a identificar las zonas con probabilidad media y elevada de inundación, prohibiendo construcciones en ellas, al tiempo que se elabora un «ambicioso» plan para la «deconstrucción y adaptación de las edificaciones e infraestructuras al riesgo expuesto».

En el aspecto territorial otras medidas serían definir y crear infraestructuras de acumulación de aguas a gran escala; un nuevo enfoque regido por una visión y un tratamiento unitario del territorio; aplicación rigurosa del Patricova en todos los municipios con riesgo de inundación, garantizada por parte de las Administraciones públicas. También se insta a Murcia a desarrollar un plan de acción territorial para la prevención del riesgo de las inundaciones, «del que sorprendentemente carece» y que debería estar en coordinación con las medidas tomadas en el tramo último del Segura.

Otros aspectos sobre los que incide el manifiesto son las acciones preventivas de carácter social y cultural, atención a la población en vulnerabilidad social y tratamiento veraz, detallado y transparente de la información.

Evidencias

Los profesores y catedráticos de la Universidad de Alicante que firmaron este manifiesto coinciden con la visión de que la magnitud del impacto del desbordamiento del Río Segura se ha agravado como consecuencia de una errónea gestión del territorio. Una deficiencia derivada de haber centrado las medidas en las infraestructuras de forma aislada, obviado dimensiones como la ordenación del territorio, el medio ambiente, la adaptación al cambio climático, la previsión de riesgos o la educación ante ellos.

Recuerdan los expertos que debemos estar preparados ante unas lluvias torrenciales que se repetirán, independientemente de su frecuencia.

La inundación «no es evitable» pero se pueden tomar medidas para que tenga menos impacto, apuntan. Señalan además que buena parte de la Vega Baja ocupa una llanura aluvial con alto riesgo de inundación, con terrenos sin apenas pendiente. Además, la red de infraestructuras hidráulicas y viarias ayuda a extender la inundación en la Vega Baja a decenas de kilómetros del río y dificultan el drenaje posterior.

Consideran que las acciones sobre el cauce del río no solo no permiten desaguar tormentas de esta magnitud, sino que además han perjudicado otros efectos beneficiosos que la sociedad obtenía de los ríos y las zonas ribereñas, como la deposición de sedimentos, la recarga de acuíferos o la depuración natural del agua. «Estos efectos no deseados ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar soluciones integradas».

Por último, los autores del documento invitan a tener en cuenta otros riesgos en esta zona, como los asociados a la sismicidad, la sequía o los incendios.

También a ampliar el foco a otras regiones de la Comunidad Valenciana, ya que «la problemática de la Vega Baja no es excepcional».

Los académicos instan a aplicar marcos legales vigentes en materia de gestión de aguas y de inundaciones o de protección de la costa, cuya instauración a escala local permitiría generar una amplia gama de oportunidades para solucionar el problema de las inundaciones».


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