- CLAUDIA MECCIA
La importancia de las raíces en el control de la erosión de suelos
Está comprobado que las raíces de las plantas detienen distintos tipos de erosión de suelos.

Como hemos mencionado en varias oportunidades la erosión es nada menos que la pérdida del suelo y la sedimentación el traslado de ese suelo hacia otros sitios.
Esto ocurre sobre todo cuando no hay protección en la superficie de esos suelos y eventos naturales como la lluvia al caer pueden golpear muy fuerte y penetrar en ese suelo, desprendiendo partes y arrastrándolas a su paso. Otro de los factores es el viento que también puede levantar las partículas más livianas y eliminar la cubierta superior. Por otra parte, las llantas de los vehículos y las patas de los animales que pasan constantemente sobre un suelo desprotegido y con pendiente lo desprenden así como la agricultura intensiva que desgasta las capas superiores y lo degradan.
Hay dos problemas que se desprenden de la falta de suelo, el primero se manifiesta en la agricultura, por que al perderse suelo, también se pierden los nutrientes para las plantas, por lo tanto, los suelos muy erosionados ya no pueden producir alimentos y deben ser abandonados. El segundo problema se da cuando las pendientes son inclinadas, la erosión puede ocasionar deslaves que ponen en peligro la vida de quienes se encuentren a su paso.
Sabiendo todo esto, entendemos el porque de la función de las plantas y sobre todo sus raíces como cubiertas protectoras de los suelos. Las raíces le permiten a las plantas sujetarse al suelo y adquirir el agua y nutrientes necesarios para realizar sus funciones vitales en primera instancia. Al mismo tiempo las raíces desempeñan una función ecológica porque su estructura forma una especie de malla que protege la tierra evitando que se desprenda ante los elementos antes mencionados: lluvia, viento, pastoreo, tránsito, etc. que lo golpean.
Adicionalmente, al adherirse a las partículas del suelo, las raíces lo mantienen unido como si tuviese una especie de pegamento, además las raíces absorben el exceso de agua que al acumularse debilita el terreno y puede ocasionar que se desprenda (pendientes inclinadas).
Las raíces son tan importantes que aún cuando se eliminen los vegetales que cubren un suelo; si se dejan sus raíces enterradas, éstas pueden mantener sujeto el suelo durante varios meses, o incluso años después, mientras permanezcan dentro del mismo sin desintegrarse.
Si la erosión se da en suelos muy secos y con mucho viento las mejores protectoras del suelo son las plantas con raíces muy abundantes y delgadas porque permiten que el suelo resista más a las fuerzas que lo separan. Cuando se trata de sitios con exceso de humedad donde la erosión es mayormente causada por el arrastre del agua, las plantas requeridas son las que tengan raíces muy fuertes y penetrantes, para que se fijen bien en todo tipo de terreno.