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  • CLAUDIA MECCIA

La COP23 concreta reglas del Acuerdo de París pero deja muchas tareas pendientes


Aprueban un primer texto de libro de reglas y el diseño del Diálogo de Talanoa para revisar los compromisos de reducción de emisiones, aunque deja muchas tareas pendientes para 2018.

La cumbre del clima (COP23) concluyó con la aprobación de un documento en el que empiezan a concretarse las reglas del Acuerdo de París contra el cambio climático, con el que cerca de 200 países reafirmaron su compromiso en Bonn a pesar de la salida del mismo de Estados Unidos.

No obstante, negociadores de un buen número de países reconocieron que tras la COP23 se abre un año intenso de reuniones para la diplomacia climática porque “queda mucho trabajo por delante para concluir el texto de reglas en la fecha fijada”, diciembre de 2018.

Sus dos principales capítulos (de 6) salen más avanzados de Bonn pero no cerrados. Se trata del mecanismo de revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones del Acuerdo de París, y la financiación que los países ricos van a destinar a los en desarrollo en mitigación y adaptación al calentamiento.

Avances en financiación y adaptación

Aunque la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París no se materializará hasta 2020, su anuncio y el hecho de que sea uno de los grandes donantes crea un clima de desconfianza general en los países en desarrollo que, de manera casi unánime, han presionado al resto de países ricos que permanecen comprometidos para que les aseguren la financiación.

Los países en desarrollo lograron que el Fondo de la Adaptación del Protocolo de Kioto se mantenga en el Acuerdo de París. Además, de otras concesiones como que las naciones ricas presenten un informe transparente y detallado de cuánto dinero van a aportar hasta 2020, y lo que están haciendo a nivel doméstico antes de esa fecha, que es cuando entra en funcionamiento el pacto de París, que por primera vez tiene obligaciones para todos.

En resumen, los países en desarrollo querían asegurarse de que los principales responsables del cambio climático cumplen sus compromisos en la segunda fase del Protocolo de Kioto, hasta 2020, para ellos empezar a hacer los suyos a partir de esa fecha y mediante el Acuerdo de París.

Diálogo de Talanoa

De la COP23 salió también el diseño del llamado Diálogo de Talanoa, mediante el cual los países deberán rendir cuentas en la próxima cumbre de cómo van a incrementar la ambición de sus compromisos de reducción de emisiones nacionales para lograr el objetivo al que se han comprometido: mantener el aumento de temperatura del planeta por debajo de los 2 grados, y, si es posible, en 1,5.

Según los científicos, que aportarán un informe previo a ese diálogo sobre los impactos de 1,5 grados de aumento de temperatura, los objetivos de reducción de emisiones actuales de los países no van por buen camino para ese objetivo sino que conducen a entre 3 y 4 grados más a finales de siglo.

El Diálogo de Talanoa no solo incluirá a los gobiernos, estarán presentes también los agentes de la sociedad civil (empresas, sindicatos, ecologistas, científicos, etc), y los países ricos deberán dar cuenta de qué harán antes de 2020 para combatir el cambio climático.

En cuanto al llamado Mecanismo de Pérdidas y Daños causados por el cambio climático, acordaron “crear un diálogo de expertos, en mayo de 2018, para ver qué necesidades tienen los países más vulnerables y qué están dispuestos a aportar los países desarrollados de apoyarles”.

Aislacionismo de EEUU

La COP23 sirvió también para demostrar que la Administración Trump “vive en un universo paralelo con su obsesión trasnochada por promover los combustibles fósiles”, dijo Paula Caballero, portavoz de cambio climático del World Resources Institute (WRI).

Con la Adhesión de Siria al Acuerdo de París durante la COP23, Estados Unidos queda “aislado” como único país fuera del pacto, si bien su sociedad ha demostrado que “sigue dentro”, atendiendo al nombre del inmenso pabellón alternativo que han tenido en la COP23 y por el que han pasado incontables gobernadores, alcaldes, empresarios, científicos y activistas estadounidenses.

El primer ministro de Fiyi concluyó recordando a los países que “todos estamos en la misma canoa. Los impactos pueden variar, pero ningún país puede escapar del daño del cambio climático“.

Esa “canoa” queda, desde este momento, en manos de Polonia, que debe conducirla con mucha diplomacia para alcanzar el éxito en su próximo destino, la cumbre del clima de Katowice (COP24), en diciembre de 2018.

Fuente: EFE/ Por Caty Arévalo.


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